martes, 22 de marzo de 2011

Fray Evangelista de Ibero

Capuchino ultramontano
Evangelista de Ibero
no fue trigo limpio y sano
aunque hijo de molinero,

en el humus sabiniano
su mente halló semillero
dejando al de Adoáin enano
como integrista y leñero,

si naciera más temprano
se hecha al monte, guerrillero,
con el trabuco en la mano
defendiendo el vasco fuero.

Gudari, pistola en mano
hoy sería "borrokero",
era un lobo euskalerriano
con hábito de cordero.

Lo liberal y lo hispano
midió con igual rasero
y desdén casi rayano
en racismo cizañero.

No era manso franciscano
Evangelista de Ibero,
menos mal que éste fulano
murió joven, treintañero,

si no muere tan temprano
arma la de aquí te espero.
Un punto tenía sano
y resaltarlo yo quiero,

era valiente, era llano
y de hipocresía cero,
de esos que van al grano
no tenía en ello pero;

era otro Alonso Quijano
por lo utópico guerrero,
pero, en tanto el castellano
murió cuerdo el día postrero

ese fraile murió insano
 de integrismo tesonero.

Sermón en la catedral de Pamplona

Lo que le lanzó a la fama
y evitó el anonimato
fue un sermón, más bien soflama
entre arenga y alegato

a todos los euskaldunes
los del norte y los del sur
desde Santurce hasta Funes
desde el Ebro hasta el Adour.

Fue en la Misa Catedral
en honor de San Miguel
declarado principal
patrono del vasco fiel.

!Qué "caña" dio al liberal,
a éste, a ese y aquel
y al que no pensaba igual
que lo que pensaba él¡

Con voz honda, sinaítica
voz de Isaías o Amós,
tronaba su boca crítica
( y no se oía una voz)

menos sacra que política.
! La que armó el fraile de Dios
en la Pamplona levítica
de mil novecientos dos¡

Fue tanta la conmoción,
incluso en el propio clero,
que causó el feroz sermón
de Evangelista de Ibero,

que el liberalismo entero
y la impía oposición
anticlericales fieros
y otros que tal, en unión,

procesarlo consiguieron.
Y esta fue la acusación
(contra el fraile mitinero
a más de provocador) :
desorden público...pero
consiguió la absolución.

Al año siguiente, empero,
repitió la intervención
en Ollo, valle roquero,
y, en su larga alocución,

estuvo igual de leñero
que en el famoso sermón, 
y por todo el valle entero
resonó su vozarrón:
!Hijos de Valdollo, espero
defendáis la religión
La Iglesia y el Fuero Vasco
que hoy sufren persecución;

Dios lo quiere y yo lo quiero
lo quiere el Papa León,
( que si muero o no me muero
se encontraba a la sazón)

y un rapapolvos severo
 les soltó a continuación:
Valdollo, cuna y venero
 del noble pueblo vascón,

perdisteis ya por entero
legua vasca y tradición
igual que el pueblo ribero
más abajo del Perdón,

Valdollo, valle señero,
no tenéis de Dios perdón.
 Evangelista de Ibero
no era un fraile, era un ciclón,

si Javier, de compañero
lo lleva a India y Japón,
hablan hoy- y no exagero-
vasco en Goa y en Cantón.


Estancia en Estella

No pierde la Orden la confianza
en nuestro protagonista
y, a favor de la pujanza
de su espíritu integrista,

en Estella puesto alcanza
-Rector de seminaristas-
y su vasquismo se afianza
allá en la Meca carlista

fraguando estrecha alianza
con la "créme" nacionalista
que, en este vascón a ultranza,
pronto ve un cheque a la vista

y una gran punta de lanza
del ideal separatista,
en Navarra, su añoranza
y su tierra de conquista.

Destino en Hijar y muerte

Fue este el punto de inflexión:
La Orden el caso examina
con cordura y discreción
y, a la postre dictamina,

que es el fraile un problemón
ya que mezcla en su doctrina 
política y religión
lo que siempre trae ruina

y, sujeta a gran presión,
a Evangelista destina 
 a Hijar, bajo Aragón,
tan lejos como hoy la China

y, en tan remoto rincón,
cae enfermo, se amohina
lejos del nido vascón 
y allá su vida termina
de un tumor...e incomprensión.

Hijar, esa fue la espina
clavada en su corazón.

Así se acaba la historia
de este fraile montaraz
que Dios lo tenga en la gloria
y descanse al fin en paz.



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